El camino hacia el pensamiento crítico






















   

  El propósito
 
Yo trabajo con adolescentes, personas en proceso de desarrollo hacia su vida adulta. Es la etapa de la vida en la que se adquiere el pensamiento abstracto y eso conlleva una adecuación de las creencias que se han tenido como válidas durante la niñez y retomar el pensamiento desde una perspectiva propia, distinta, o al menos renovada. Es una tarea que no se realiza de manera automática, requiere trabajo, reflexión, discusión, diálogo. Y puesta en práctica. Eso quiere decir que hay un tránsito entre la etapa infantil y la adulta muy ajetreado. Se hace necesario dotarles de herramientas que les permitan manejar esa nueva capacidad. El objetivo es lograr que un ser en desarrollo se convierta en una persona autónoma en su toma de decisiones, tanto para la vida social como la profesional y la personal para que puedan tomar decisiones de manera autónoma.
 
 
 
La descripción del problema
 
En esta etapa se ensayan muchas maneras de ser, tanto desde la perspectiva estética como de la ideológica y de la  espiritual. Aprenden a hacer conjeturas sobre cualquier aspecto de la realidad, íntima, privada, pública, con la motivación de quien está descubriendo un mundo sin aceptar que esté inventado. Las consideraciones que ofrecen el método científico y el pensamiento crítico  sientan las bases de estrategia para abordar del mejor modo posible la aventura de investigación y descubrimiento que requiere ese terreno desconocido que es el futuro. Observar, saber hacer preguntas, elaborar hipótesis, experimentar y evaluar son acciones necesarias para entender el entorno de la manera más eficaz posible.
 
Pero la adecuación no solo es externa. Las preguntas más trascendentales sobre la identidad se efectúan en esas edades. Saber quien se es independientemente del resto de las personas. La búsqueda de la identidad personal corre paralela a la necesidad de sentirse aceptado e integrado en el grupo. La naturaleza de las creencias,  asumidas de manera acrítica durante la infancia, se pone en juego con la racionalización mediante el discurso, el diálogo y la discusión. Que no son la misma cosa. Una adolescente necesita que se dialogue con él, ser escuchado y ser respondido, es decir, ser  objeto de atención privilegiada, de escucha activa. La discusión pone en juego la capacidad para racionalizar los argumentos.
 
Es importante que conozcan e identifiquen los elementos del pensamiento,  las estrategias  de razonamiento y que superen el egocentrismo y el sociocentrismo yendo más allá del propio punto de vista y  analizar mediante el  feedback y  con los ‘otros’. Al tiempo que socializa se encuentra a sí mismo/misma.
 
Las estructuras de pensamiento reduccionista del pensamiento concreto no ayudan para poner esto en práctica. El universo complejo de una persona no se explica por el análisis de las partes, un ser humano es un sistema emergente, por eso para abordar la  relación con adolescentes se debe considerar una metodología holística, atendiendo a sus características históricas personales, íntimas, familiares, escolares, sociales; a su momento presente y a sus expectativas, que siempre las tienen y  no siempre se adecúan a lo que desean. Gran parte del fracaso escolar durante la etapa educativa de secundaria y de las malas elecciones de estudios profesionales se deben a una mala configuración de esas expectativas. Tienen que conocerse para hacerse cargo de sí mismos/as: Ese es el objetivo. Pero para abordar el conocimiento hay que romper el todo en partes.
 
 
 
El procedimiento
 
Las preguntas son el primer paso del conocimiento. Aceptar que no sabemos algo o que hay dos aspectos contradictorios en un mismo asunto. La elaboración de la pregunta requiere un conocimiento de la naturaleza de la ‘cosa’,  integrarla dentro de una lógica. Según las indicaciones del pensamiento crítico “La meta final es que estas preguntas se fusionen en el proceso de pensar de los estudiantes hasta que se conviertan en parte de su voz interior que los guiará, a su vez, a un proceso de razonamiento cada vez mejor.”
 
Pero, ¿cómo es ese procedimiento de pensar?, ¿en qué se diferencia del proceso de razonamiento?.  Las consideraciones de Klaus  Jaffe en su libro “¿Qué es la ciencia? Una visión evolutiva” pueden darnos una imagen de referencia para comprender mejor las dimensiones del pensamiento basándose en este diagrama del psicoanalista Ricardo Palma. Cada esfera o dominio del pensamiento requiere herramientas mentales diferentes.
 
 Dimension_mental
 
Solo podemos pensar en lo que conocemos, por eso investigamos. Para traspasar la frontera hacia lo desconocido se requiere de la intuición y grandes dosis de autoestima. Traspasar ese límite de lo desconocido a lo conocido apela a la conciencia, esto sucede cuando asimos una intuición. Es el primer paso.
 
En el dominio de lo conocido podemos pasar a lo describible; requiere la existencia de un modelo mental en el que asignamos propiedades y supone un ejercicio de taxonomía y contextualización, donde colocamos a los objetos, fenómenos y conceptos en categorías abstractas mediante el lenguaje y las metáforas. Describimos las cosas por semejanzas con otras que ya conocíamos.
 
De la descripción cualitativa pasamos a la cuantitativa, a lo mensurable, lo que podemos medir. 
 
Esto nos proporciona lo calculable con lo que podemos elaborar  modelos predictivos que nos permiten comprobar mediante la experiencia si se corroboran nuestras conjeturas. En tanto sea así el modelo predictivo será válido.
 
 
 
La toma de decisiones
 
Ante la falta de sentido del peligro de un adolescente, y su arrogancia natural, el paso a lo desconocido puede realizarse de un salto, sin mesura ni descripción previa. Pueden confundir la certeza de la intuición con la previsibilidad de lo calculable. El/la adolescente además es un hervidero de conflictos que le hacen más vulnerable porque por un lado está la herencia recibida, que no sabe si es válida o no, o bien si es un traidor si renuncia a los valores que le enseñaron sus padres; o quizá es un cobarde por no aceptar actitudes novedosas que se le ofrecen; o cómo debe proyectarse  al futuro. Todo en un nuevo medio, el intelectual, que le dota de la capacidad de combinar posibilidades con el riesgo de tomar decisiones de las que luego pueda arrepentirse, mientras vive en la salsa de un torrente emocional donde las intuiciones juegan un papel vital en su momento evolutivo. El aprendizaje de un control autónomo en la toma de decisiones se hace crucial. La ciencia enseña que lo único seguro es la comprobación  de los modelos predictivos, la falsabilidad. La evaluación permanente.
 
Para tomar decisiones primero hay que conocer la realidad en la se está inserto como sujeto y esto se lleva a cabo mediante la formulación de preguntas,  después hay que analizarlo en base a estándares y cuando ya se ha hecho esto y se ha revisado hay que aceptar la conclusión evitando la indeterminación de lo no resoluble.
 
 
 
El método socrático
 
El método socrático se revela aún después de siglos como el sistema de educación más eficaz. Sócrates, filósofo griego del siglo V a.c. educaba a los jóvenes mediante preguntas que debían responderse. Un ejemplo de ese método se ejemplifica en el “Menon”. El filósofo usaba la ironía para hacer las preguntas, que no significa que se burlara, sino que oponía una verdad aceptada por el interlocutor a la afirmación que este mismo hacía y ante la contradicción el alumno tenía que desarrollar un razonamiento que le permitiera aceptar esas dos verdades. Esto supone un camino de conocimiento porque se abren vías de pensamiento y se incorporan datos que no se habían tenido en cuenta en un principio.
 
Actualmente el sistema de preguntas y los métodos de búsqueda de respuestas están desarrollados en lo que se viene a llamar el pensamiento crítico, que se define como “ ese modo de pensar – sobre cualquier tema, contenido o problema – en el cual el pensante mejora la calidad de su pensamiento al apoderarse de las estructuras inherentes del acto de pensar y al someterlas a estándares intelectuales”.
 
Un pensador crítico ejercitado es capaz de  formular preguntas vitales, tiene en cuenta el objetivo de lo que se busca, la información con la que se cuenta, la inferencia previa de cómo se llegó a la conclusión de hacerse esa pregunta, el concepto de la idea central, el punto de vista desde donde se considera el problema, y el punto de vista de otro que reciba la pregunta.
 
 
 
Los estándares de pensamiento
 
Junto con las preguntas hay que aplicar los estándares universales de pensamiento que sirven para verificar la calidad del razonamiento sobre un problema, asunto o situación. Estos son:
 
Claridad, para expresar lo que se quiere decir. Supone tener una visión del ‘objeto’, o asunto del que hablamos, en el pensamiento.
 
Exactitud, que es lo que Descartes llamaba distinción, es decir no ir más allá de los datos de la experiencia, los hechos, con ese ‘objeto’ o asunto.
 
Precisión, evitar información no importante.
 
Relevancia,  es la pertinencia de los datos que aportamos.
 
Profundidad, la significatividad del asunto.
 
Amplitud, la relación que tiene con otros aspectos.
 
Lógica, es la coherencia del razonamiento con el que se plantea el problema.
 
Pero el hecho de hacer preguntas no conlleva la seguridad de encontrar una respuesta como conclusión. O al menos no una respuesta objetiva en todos los casos. Cuando nos enfrentamos a un sistema como por ejemplo el cálculo matemático o un hecho cuantificable será fácil.
 
Pero hay otras respuestas subjetivas que dependen de la perspectiva de la experiencia, los gustos o las emociones personales. Y luego están los juicios, que son una opción ante problemas complejos en los que se pueden encontrar respuestas múltiples. Y por último están las preguntas sobre el sentido y la transcendencia de la vida para las que no hay respuesta.
 
 
 
Las objeciones
 
En este caldo de falta de respuestas absolutas surgen los absolutistas dogmáticos, que reducen todas las preguntas a asuntos de hechos por una parte; y  por otra los relativistas subjetivos que tratan de reducir todas las preguntas a asuntos de opinión subjetiva y defienden que no hay respuestas correctas o incorrectas; y entre los dos no dejan lugar a lo crucial del éxito de la vida humana: el juicio razonado. El objetivo de llegar a una conclusión es imprescindible para abordar un curso de acción y por lo tanto una respuesta cerrada a un hecho concreto, como una abierta,  no nos dan una estrategia eficaz ante las previsibles contingencias que encontraremos. Porque de eso se trata, de estrategia. El método científico nos provee  de un esquema básico en el que basarse para hacer un análisis de los acontecimientos; y la creatividad una posibilidad de encontrar soluciones. Porque cuando no hay respuestas hay que construir el camino paso a paso.
 
 
 
Las herramientas del pensamiento
 
La observación y el procesamiento de los datos son la base. La deducción es el método científico por el que se razona desde lo general a lo particular, que en los sistemas de clasificación taxonómica, en donde las categorías superiores e inferiores están establecidas parece fácil, encontramos el dato concreto. La inducción es al revés, pensar desde lo particular a lo general, concluir lo universal desde un dato particular; es un método más arriesgado porque no podemos saber si lo que generalizamos es verdad en todos los casos particulares que encontremos, por ejemplo cuando se asegura que todos los barcos flotan. Luego está el razonamiento por abducción que es llegar a la conclusión más razonable por cercanía, por no tener más datos; por ejemplo si alguien ve que un perro me sigue a todas partes pensará que es mío.  Por último está el pensamiento transductivo que es relacionar datos particulares entre distintos sistemas, como en las  metáforas, con las que podemos trasladar la transparencia del agua a las palabras para expresar que el discurso es verdadero y honesto.
 
        EJEMPLO: Aparezco en una oficina llevando papeles y la gente me saluda parcamente. Un administrativo me dice que el director quiere verme:Hay ajuste de plantilla pero precisamente ayer a él le subió el sueldo me dice. Un perro espera al lado de la puerta y me sigue por los pasillos donde espera en cada puerta en todas las ocasiones en que entro a un despacho volviéndome a seguir por el pasillo cuando salgo; me pide una secretaria que lo eche a patadas de allí. Y TENEMOS:
 
•        Pensamiento deductivo: Estoy integrada en la actividad y la gente me conoce, luego se deduce que trabajo en la oficina.
 
 
 
•         Pensamiento inductivo: El jefe quiere hablar conmigo; ayer a un compañero le subió el sueldo; luego a mí puede subirme el sueldo. (Las posibilidades de que sea así son un 50% y el otro 50% de que no sea así y entonces se habrá cometido un error de generalización).
 
 
 
•        Pensamiento abductivo: Un perro me sigue todas partes, luego piensan que el perro será mío. (Pero en realidad nadie sabe de quién es)
 
 
 
•        Pensamiento transductivo: El otro día se habló durante el descanso del café de una entrevista que tendría el director con el nuevo inversor para la ampliación del negocio. Hace unos minutos un señor estaba en el vestíbulo con aspecto preocupado mirando de un lado a otro con una correa en la mano con la que se daba golpecitos en la pierna y una cartera en la otra de color verde peguntando por el director. Mi vecina tiene el mismo tic con la mano cuando su hijo tarda en volver a casa; esa imagen también me vino a la cabeza el otro día cuando el jefe amonestaba a un compañero por  actuar con torpeza. Y la cartera es de color esmeralda, ¿dónde lo habré visto?. Tengo una intuición, así que cojo al perro, me presento en el despacho del director y le devuelvo el perro a su dueño, el señor despistado del vestibulo, que era el nuevo inversor y estaba reunido con el jefe, quedando en buena muy posición  por mi prontitud en la solución de un problema que aún no se había siquiera planteado. ( Si el director quería hablar conmigo para subirme el sueldo le he dado más razones para que lo haga, si era para reprenderme o despedirme ahora le será más difícil, si era para que buscase al perro perdido, me he adelantado)
 
El aspecto contingente de la situación, que el perro se pierda, por el que se encuentra una vía de promoción en el trabajo, es la serendipia, encontrar una solución por casualidad, pero debido a la capacidad de observación y de asociación de ideas de  este personaje que mediante el pensamiento transductivo encuentra soluciones a un  problema no sistematizado. El pensamiento o razonamiento transductivo es la base de la creatividad que nos dota de la capacidad para establecer relaciones de significado entre dos conceptos. 
 
 
 
Conclusiones
 
El entrenamiento de estas estrategias capacitan para tener autonomía en la toma de decisiones y no esperar a que otra persona nos diga qué debemos hacer o pensar. Esto es fundamental para ser seres independientes y libres. Somos parte de una sociedad que tiene sus normas pero siempre podremos cuestionarlas si se hace necesario si dejasen de ser eficaces.
 
Encontrar soluciones, y sobre todo soluciones creativas, a los problemas es una aspiración que tenemos todas las personas, porque además de dejarnos en buen lugar intelectual soslaya el problema ético de la competitividad al no imponer por la fuerza una postura, sino que encontramos el lugar adecuado donde instalarnos aportando recursos  adecuados a las situaciones que benefician también a los demás.
  
El conocimiento de las técnicas de pensamiento crítico no garantiza el éxito en la vida, son solo las herramientas para valorar las circunstancias del entorno y las emocionales, resolver problemas. Y si no funciona tener un abanico de opciones en la recámara. Las capacidades humanas son limitadas y hay muchas inquietudes que no se lograran satisfacer y muchas decisiones que no serán las óptimas. Pero aprender a ser adulto consiste en  asumir el riesgo, hacerse cargo de las consecuencias. La vida es una aventura llena de encrucijadas y la elección del camino es importante. 24/06/13
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