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Dedon
vas Tacirupeca |
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Las
personas inteligentes son pocas y no suelen presumir de que lo son. Al
contrario, se esconden. No parece que sea por modestia, falsa o
verdadera, sino por precaución. Una persona inteligente despierta
desconfianza entre sus iguales por la facilidad con la que
resuelve los pequeños enigmas de la vida cotidiana.
El líder, que siempre hay un@, se encona con quien satisface las
necesidades del grupo sin cobrar nada a cambio, y para equilibrar
fuerzas que le devuelvan su privilegiada posición pergeña toda
clase de explicaciones para desacreditar a quien sin esfuerzo copa la
admiración que quiere para sí. Es una tarea fácil.
El que no sabe ni imagina cómo se sabe. La inteligencia se
muestra al ignorante como una magia que predice consecuencias con
cierta precisión, no entrevé el proceso, lo percibe como un vacío
inquietante entre la causa y el efecto. Lejos de inspirar admiración el
don suele producir envidia, y el rencor convierte el don
mágico en maligno. También saber más que quien detenta la
autoridad puede ser percibido como una falta de respeto, como una
actitud de rebeldía, y si se insiste, la disrupción del circuito de
pensamiento tácitamente admitido es considerada una agresión a la
comunidad.
Incluso cuando, por solidaridad, comparte el abanico de posibles
repercusiones negativas de un hecho, el asunto tiene consecuencias
terribles para el dotado. Porque, si acierta, se lleva la culpa pues
habitualmente se confunde al mensajero con la noticia y, si no acierta,
se le acusa de maldad de pensamiento. Además, el que tiene el don de
colegir lo que los demás no 'huelen' no sabe por qué no lo saben los
demás, y como necesita compartirlo se esfuerza en explicarlo, con una
añadida y creciente irritación de esos ‘otros’ que se le muestran
duros, inaccesibles a una respuesta asertiva. Y con el
tiempo, claro, aprende a abstenerse, por no caer en la frustración
incomunicativa, por no ser considerado inadaptado o loco.
Por esto, cada vez que veo alguien agazapado intelectualmente me
pregunto si lleva oculto entre los pliegues de la conversación
intrascendente ese don que, cuando se manifiesta, no es un eco inane de
lo aprendido de memoria, sino que hace que los recovecos de la realidad
se amplíen y corra un soplo de aire fresco.27/06/12
banco de
pensamiento por visi vidal gilsanz se encuentra
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