El network es un concepto que
ahora se ha convertido en un
modo de vida. Es una forma de relacionarse de igual a igual con otras
personas
en una red de contactos informales, aunque sea dentro de un ambiente
profesional, que genera posibilidades de negocio, fundamentalmente. Esta informalidad dentro de las buenas
maneras, este tu a tu, es lo que se llama campechanismo de toda la vida.
El network está bien para las relaciones sociales, pero
solo, porque puede producir precisamente lo contrario,
deshacer la red de trabajo.
En los años ’70 del pasado siglo aparece el concepto network
en una acción antipsiquiátrica desvinculada de las organizaciones
institucionales para el tratamiento de marginados sociales en Londres.
La
separación entre médico y paciente desaparece,
formando una unidad terapéutica,
las relaciones se hacen horizontales. Al
desaparecer esta separación se
normaliza al marginado, pero también se irresponsabiliza al médico,
deja de
tener obligaciones para con el paciente, con el consiguiente peligro de
falta
de atención necesaria o de abuso de su debilidad.
En una relación de
network, la horizontalidad se presenta como una ocasión de empoderar al
más
desfavorecido, equiparándole a los sujetos que tienen más prestigio.
Pero
cuando la relación es jerárquica, como en las relaciones de trabajo,
esta
horizontalidad puede ser una trampa envenenada. La organización
jerarquizada de
cualquier relación social supone unas obligaciones que se deben cumplir
si se
detenta determinado poder, y "dar opción" a la horizontalidad
conlleva desprenderse de esas obligaciones cuya función es
proteger al que está en la posición más
vulnerable.
Es como en las redes
sociales. Todo el mundo parece igual
pero no es cierto. El control se ejerce desde los community managers,
que son
oficiales. En otra clase de redes de comunidad no está
claro quien detenta esta categoría. Este “ser
todo iguales” es un modo de dejación de
responsabilidades, e incluso yendo más lejos, hay una clara posibilidad
de manipulación para que otros hagan el
trabajo
‘comprometedor’.
La horizontalidad absoluta en
las relaciones humanas no
existe ni en el ámbito privado. En la familia hay una jerarquía bien
definida, y saludable. No se manda al
niño a trabajar mientras el padre sestea si quiere. Esa responsabilidad
es tan
importante que se exige el cumplimiento de obligaciones no solo social,
sino
legalmente. El asunto está ahí, en la responsabilidad de las acciones.
En una organización horizontal
nadie se responsabiliza de
nada, y por lo tanto no hay culpables. Parece perfecto para incursiones
de
guerrilla, como los anonymous.
El problema gordo reside en que
sin organización ni reparto
de responsabilidades la vida humana no puede desarrollarse. De hecho no
se
puede jugar ni un partido de futbol. Si el portero deja de tener la
obligación
de parar los goles puede no hacerlo perfectamente, o bien decidir por
el
entrenador dando a los jugadores las estrategias que le parezcan, pues
las
categorías de portero y entrenador desaparecen. Si desaparecen las
categorías
cada cual puede hacer lo que quiera, y entonces
las reglas dejan de tener
sentido. Así, se podría ver al árbitro
entrenandose con unas carreras él solo por el
campo, al entrenador dejando que cada
jugador haga lo que quiera
-oye que la libertad es buena-, y a unos cuantos jugadores decidiendo
echarse
unas canicas. Sin reglas no se puede jugar, se acaba el fútbol. Si no
se
entienden las categorías de juego no
pueden organizarse las ideas ni las reglas. Sin reglas el mundo se
volvería
loco. Y si no estás loc@ que no te engañen. No seas tont@. La lucidez
no es
cara.17/05/12.

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pensamiento por visi vidal
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